El paisaje es el mismo de las películas gringas cuando muestran camposantos, con los pastos floreando detrás de las rejas. Un marco enorme de cemento que conecta (con tubos en su interior, supongo) dos edificios del hospital, chorreando por una de sus esquinas  Incluso hay plantitas y líquenes creciendo ahí debajo. Los ventanales enormes (porque no adecuaron los planos a este ambiente desértico) tienen todas las vidrierías tapiadas con cinta canela, papel autoadherible o algún cartón. ¿Será posible encontrar en este país, una clínica del ISSSTE que no esté remendada con esparadrapo en sus paredes? ¿Que sus plafones estén completos, sin esos mapas que genera la humedad, polvo y sabrá Cthulhu qué bacteria viviendo ahí arriba? ¿Que tengan agua en el baño? Es lastimero estar en espera aquí, en una banquita a la intemperie, rota de un lado, igual y con mi misma edad, mientras me llaman a consulta para saber si me gano una prueba Covid. Solo fuera de estás rejas la ciudad ha cambiado, el número de camas, de plazas, de escritorios, sigue igual. Puedo apostar que las básculas de aquí, pesaron a cada trabajador recién nacido que pasó por aquí.

Comentarios

Entradas populares