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Una compañera vino a solicitar un permiso por dos días que se le deben (vino a trabajar días no laborables y hay un acuerdo para reponerlos cuando quieran) y a solicitar otros dos después de eso. El procedimiento para "reponer" días a alguien, con ese acuerdo y respetando el reglamento de trabajo, es llenar el formatito para solicitar ausentarse (hasta 3 días máximo) con firma y hecho a puño y letra del trabajador.
La compañera tomó un formato y ahí me puso los cuatro días que se ausentará. Se lo regresé y le dije que no me servía, porque eran cuatro y eso no va con el reglamento. Serían dos permisos si se ausenta cuatro. Dos que le debemos y dos de permiso. Me dijo entonces que si no podría hacerlo regresando del viaje que hará. Le dije que no. Claro, con una sonrisa :-) y le expliqué que si no regresa, ¿cómo justificaría yo la falta? Dio un respingo y abrió los ojazos (es tapatía) y me dijo
-¡Cómo va a decir eso!
-Bueno... perdón pero la gente de pronto muere. Y si muere, no habría justificación de su ausencia y el de los seguros se pondría rasposo, y se irían a pleito, y su situación laboral estaría no muy bien que digamos...
-No diga eso, mejor le escribo el permiso, pero no lo diga
¿Por qué la gente es tan sensible a decir que es mortal? Todo el tiempo estamos expuestos a una muerte estúpida por algún accidente, no necesariamente una enfermedad o algo tan medieval como desear la muerte de alguien y que por quién sabe qué fuerzas mágicas el deseo se realice.
Tengo un pedazo de cartulina pegada en la pared frente a mí en la oficina. Algunos me han preguntado qué significa, y siempre es la misma reacción cuando les explico lo que significa "MEMENTO MORI". ¿No soportan eso? Es infantil.
Por muy cabrón que sea uno, por muy prometedor que sea el futuro, por más dinero que se tenga, al final, esa envoltura mortal de la que hablaba Hamlet, se rasga. Todo acaba.

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