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En el bachillerato, fui afortunado porque tuve un PS2. No dejaba de jugar con mis hermanos el GT4. A la fecha, es de los juegos que más disfruto, aunque tiene años que no lo juego. Cuando he manejado en terracería, he podido sentir la misma emoción de derrapar controlando el carro, aunque tampoco corriendo, no me siento un piloto de la WRC, pero desde mi punto de vista, me gusta pensar que aprendí en el GT4.
Hoy salimos a Oaxaca con el carro de mi cuñada. Se lo pedí prestado para poder movernos ahí con más facilidad con la familia. Tiene llantas nuevas, apenas le hicieron servicio y bueno, cargamos con las cosas, los hijos e Isabel. Me gusta ir con precaución, más en esta carretera, pues casi llegando a Huajuapan hay una serie de curvas cerradas, así que no me confío. Durante 22 años he ido y venido en esta carretera cientos de veces y he visto decenas de accidentes, desde llantas ponchadas hasta cuerpos desperdigados en la carretera, detenidos por arbustos, inertes. No me confío. En las últimas curvas para llegar a la entrada de Xaxarja, sentí un pequeño jalón en el volante. Saliendo de una curva, probé la dirección, y no parecía tener nada malo, seguí, aunque pensando por qué se jaló así el carro. Durante el bachillerato, en una ocasión saqué el carro de mi mamá sin permiso, un cavalier, de los cuadraditos todavía. Algo sonó en el motor, y en ese ruido estaba pensando, cuando al pasar por un tope, el volante se irguió, el carro se sentó y se puso durísima la dirección. Pude girar las llantas solo para entrar a mi escuela, justo después del tope. Cuando bajé y ví el carro, el motor descansaba en el suelo. Sus soportes habían cedido y arrastré el motor unos 7 metros en lo que entré al estacionamiento.
Hace unos años, cubriendo esta misma ruta Huajuapan-Oaxaca, pasando un tope, una rótula de la camioneta que traía, cedió, en un poblado, casi frente al único taller mecánico. Llevaba unos 10 chavos en la camioneta, con tanta suerte corrimos, que ahí tronó y no en la carretera.
Pensaba en estos detalles pasados, cuando al entrar en una curva más amplia, las llantas de atrás perdieron agarre y pude controlar el deslizamiento del carro, aunque no fue algo sutil el desplazamiento, llegué a atravesarme en el otro carril, entrando en otra curva, saliendo de ella para el carril en el que me encontraba. Jade empezó a llorar, Mateo se asustó también y empezó a preguntar qué pasó. Isabel también estaba asustada, pero se ocupó de los niños y yo me encargué de orillarme para ver qué falló.
La llanta de atrás, la izquierda, estaba pringosa o algo así. Las otras estaban secas, normales. Después ví a un lado un líquido que caía, pensé que eran restos del agua que cargaba Mateo y en el accidente se había derramado, pero no. Me agaché y del tanque de gasolina manaba en cascada la gasolina. 20 pesos por litro se evaporaban apenas tocaban la tierra. No se veía roto debajo del tanque, así que nos subimos de nuevo y más despacio, llegamos a Tamazulapan, 10 minutos después, con las intermitentes.
Hace un año, mi mamá vino a visitarnos a Huajuapan, y de regreso falló la camioneta en la que vino. Una compañera del trabajo que vive en Tamazulapan me echó la mano recomendándome un mecánico. Ahí se quedó una semana la camioneta hasta que se consiguió la refacción y quedó muy bien. El mecánico súper amable y no cobró caro.
Busqué nuevamente a mi amiga pero al no contestar, la busqué por WhatsApp. Estaba todavía la conversación anterior, y estaba el número del mecánico. Le llamé y estaba a 30 metros cuando mucho. Le expliqué lo que nos pasó, y me dijo que la gasolina había causado que prefiera agarre la llanta. Revisó el tanque y la tuerca que sostiene la bomba y el flotador tenía faltantes. El talachero anterior puso la tuerca y en el camino le quitó unos pedazos, empaque incluído (en los faltantes). Así que no sellaba, tenía un charco de gasolina como empaque. En las curvas la gasolina se derramaba y en una de ellas, mojó la llanta, hizo que el carro resbalara y nos dió el susto de nuestras comunes vidas.
Vengo de regreso en una camioneta como en la que durante tantos años he viajado, con la refacción y esperando al mecánico para que le instale la pieza.
Espero.

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