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Tengo tres semanas en un curso en línea. Como trabajador, se tiene el derecho de capacitarse, para poder promoverse, para superarse. Es un chiste. Por ejemplo, dos de los intendentes están también en un curso. Ofimática. Fue todo un logro hacer que se inscribieran, porque "¿para qué chingados me sirve eso? ¿porqué no dan uno de jardinería, de plomería, algo que se use en mi pueblo o mínimo en la chamba?". Y los entiendo.
Odio este curso. Aunque no tanto por el tema en sí "Estrategias de mejora en la organización". Lo odio por la plataforma en la que lo pusieron. Algún "cerebrito" vendió la idea de usar Moodle plara cualquier cosa, para cualquier curso, y aquí nos tienen, como estudiantes de los noventas buscando en Geocities la página del profesor. Es incómoda esa "plataforma". Es horrible navegar en algo que se ve como las páginas web que hacía en 1997. Se ve viejo. Asco. Brrrr.
Me gusta Moodle pero no para ser usuario final. Como desarrollador es atractivo por ser abierto, libre; está padre para trastearle. Pero no me pongan a usarlo, por piedad, ¡penitenciágite!.
Lo peor es que se use a las "nuevas" tecnologías (ya no es válido que se les llame nuevas, no jodan) para tener nuevamente el control estricto de tu aprendizaje.
Para empezar, hay un horario. Si trabajas por la mañana, el curso es en la tarde y viceversa. Un menú listado muestra opciones a las que no entrarás nunca, porque despliegan información que no necesitas. Ligas a cursos a los que no estás inscrito y sólo muestran mensajes de error que alguien acostumbrado a usar una computadora sabe ignorar e ir a lo siguiente, pero hay muchos trabajadores que bien podrían pensar que ya desgraciaron el aparato. Lo más fácil que he visto, es que algunos pagan a un sobrino, un ahijado, para que haga el curso y asunto que termina.
El tipo de letra es horrible, los vínculos son azules y te llevan a páginas que se ven igual de feas, con logotipos pixelados y colores chillantes que no combinan, con videos que fueron transferidos de videocassetera a digital y alguien los colgó en YouTube. Es un dolor de gónadas.
Cuando crees haber avanzado algo, encuentras en algún otro lugar una liga donde te llevaba a un listado de prácticas que nunca las viste, y que como tienen calendario estricto, pues ya tiene tiempo que no podías entregar dichas prácticas. Además hay que entrar a los foros, a leer inmamables comentarios que suenan más falsos que un exgobernador. "Espero lo mejor de este curso, para poder mejorar en el trabajo", "me da mucho gusto compartir con ustedes este curso, espero que lleguemos a ser amigos y trabajar por el bien de la oficina", "estoy para servirles compañeros, le vamos a echar muchas ganas, ánimo", y cosas por el estilo. Típicos comentarios pintados con pintura Vinci en tonos rosa. Además de estar plagados de faltas de ortografía, no falta el que copia un comentario que estaba más arriba y le cambia algunas palabras solamente. La pesadilla, como leer memes de Piolín enviando bendiciones cada maldito día de la semana, sólo para comenzar bien el día.
Lo único bueno es que ya casi se termina y no habrá servido para nada. Reconozco que los que están de encargados de las clases sí hacen su parte, y los compadezco. No cualquiera tiene estómago para leer toda esa basura falsa.
Es cuánto.
Odio este curso. Aunque no tanto por el tema en sí "Estrategias de mejora en la organización". Lo odio por la plataforma en la que lo pusieron. Algún "cerebrito" vendió la idea de usar Moodle plara cualquier cosa, para cualquier curso, y aquí nos tienen, como estudiantes de los noventas buscando en Geocities la página del profesor. Es incómoda esa "plataforma". Es horrible navegar en algo que se ve como las páginas web que hacía en 1997. Se ve viejo. Asco. Brrrr.
Me gusta Moodle pero no para ser usuario final. Como desarrollador es atractivo por ser abierto, libre; está padre para trastearle. Pero no me pongan a usarlo, por piedad, ¡penitenciágite!.
Lo peor es que se use a las "nuevas" tecnologías (ya no es válido que se les llame nuevas, no jodan) para tener nuevamente el control estricto de tu aprendizaje.
Para empezar, hay un horario. Si trabajas por la mañana, el curso es en la tarde y viceversa. Un menú listado muestra opciones a las que no entrarás nunca, porque despliegan información que no necesitas. Ligas a cursos a los que no estás inscrito y sólo muestran mensajes de error que alguien acostumbrado a usar una computadora sabe ignorar e ir a lo siguiente, pero hay muchos trabajadores que bien podrían pensar que ya desgraciaron el aparato. Lo más fácil que he visto, es que algunos pagan a un sobrino, un ahijado, para que haga el curso y asunto que termina.
El tipo de letra es horrible, los vínculos son azules y te llevan a páginas que se ven igual de feas, con logotipos pixelados y colores chillantes que no combinan, con videos que fueron transferidos de videocassetera a digital y alguien los colgó en YouTube. Es un dolor de gónadas.
Cuando crees haber avanzado algo, encuentras en algún otro lugar una liga donde te llevaba a un listado de prácticas que nunca las viste, y que como tienen calendario estricto, pues ya tiene tiempo que no podías entregar dichas prácticas. Además hay que entrar a los foros, a leer inmamables comentarios que suenan más falsos que un exgobernador. "Espero lo mejor de este curso, para poder mejorar en el trabajo", "me da mucho gusto compartir con ustedes este curso, espero que lleguemos a ser amigos y trabajar por el bien de la oficina", "estoy para servirles compañeros, le vamos a echar muchas ganas, ánimo", y cosas por el estilo. Típicos comentarios pintados con pintura Vinci en tonos rosa. Además de estar plagados de faltas de ortografía, no falta el que copia un comentario que estaba más arriba y le cambia algunas palabras solamente. La pesadilla, como leer memes de Piolín enviando bendiciones cada maldito día de la semana, sólo para comenzar bien el día.
Lo único bueno es que ya casi se termina y no habrá servido para nada. Reconozco que los que están de encargados de las clases sí hacen su parte, y los compadezco. No cualquiera tiene estómago para leer toda esa basura falsa.
Es cuánto.
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